Resumen
Como adelanta el título mismo del artículo, desde éste se lleva a cabo una decidida defensa de los marcos de gobernanza como elementos clave para el establecimiento de contextos de confianza en el ámbito de las tecnologías de registro distribuido (DLT, por sus siglas inglesas).
No obstante, dada la naturaleza misma de estas nuevas tecnologías descentralizadas, la aproximación hacia esos marcos de gobierno difiere radicalmente de la que tradicionalmente han conformado los procesos y patrones de toma de decisiones en materia del uso que se ha hecho de la tecnología en la era de la Internet de la información.
En ese sentido, la gobernanza de tecnologías como ‘blockchain’ explora fronteras socio-políticas, identificando agrupaciones voluntarias que barajan una serie de derechos intrínsecos a dicha comunidad y a sus reglas.
Ismael Arribas Fontanillas
Emprendedor, fundador de Kunfud.
Emprendedor global. Involucrado en varias ‘startups’, fundó Kunfud (www.kunfud.com), una agencia internacional de seguridad mercantil, en 2006. Especializada en conformidad normativa (‘compliance’), esta micropyme independiente figura, en 2019, entre las entidades fundadoras de INATBA, la Asociación Internacional para [el desarrollo de] Aplicaciones Fiables sobre Cadena de Bloques (‘blockchain’), promovida por la Comisión Europea.
Ismael es un profesional reconocido por su compromiso con la normalización en el ámbito de la Blockchain. Prueba de ello es su activa participación en diferentes foros nacionales e internacionales -donde habitualmente actúa en calidad de jefe de delegación- creados en el seno de entidades de normalización como la española UNE (UNE/CTN71/SC307), las europeas CEN-CENELEC y ETSI (CEN-CENELEC/FGBDLT y ETSI/ISGPDL) o las internacionales ISO y UIT (ISO/TC307 e ITU-T/FGDLT). Actualmente Ismael es oficial de enlace (“liaison officer”) entre los grupos CEN-CENELEC FG BDLT, de CEN-CENELEC, y ETSI ISG PDL, de ETSI.
El Sr. Arribas es, asimismo, líder de la Comisión de Normalización de la asociación Consorcio Red Alastria, puesto desde el que representa los intereses de aquella en foros como los citados; u otros, como el Global Blockchain Policy Forum de la OCDE.
Ismael es, además, presidente del capítulo español de la Government Blockchain Association.
1. Una nueva gobernanza para la tecnología de cadena de bloques
Una nueva gobernanza para la tecnología de cadena de bloquesCabe empezar por identificar, en el ámbito del presente artículo, el concepto de social ledger -asiento social, por paralelismo con los asientos contables- con un asiento/registro de finalidad acreditativa, para la comunidad de un marco de confianza.
Bajo esa premisa, la evaluación de la gobernanza de las tecnologías de registro distribuido ha de abordarse de forma completamente distinta a como se viene haciendo en la era de la Internet de la información.
Esa forma tradicional de gobernanza [de las tecnologías] queda recogida en referencias normativas específicas como “ISO/IEC 38500:2015. Information Technology. Governance of IT for the organization” e “ISO/IEC 30121:2015. Information Technology. Governance of digital forensic risk framework”, o en recomendaciones como las ofrecidas por “ITU-T X.1054. Information Technology. Security techniques. Governance of information security”. En todas ellas el cumplimiento se justifica por la creciente transición digital de las organizaciones. Sin embargo, la gobernanza en el caso de las tecnologías de cadena de bloques (del término inglés ‘blockchain’) y otras afines de registro distribuido (DLT, del inglés Distributed Ledger Technology), viene explorando fronteras socio-políticas e identificando agrupaciones voluntarias que barajan una serie de derechos intrínsecos a la comunidad y a sus reglas. Unas reglas de diferentes niveles y de muy diversas especialidades, que son seguidas por los miembros de la comunidad. Afortunadamente, hoy en día hay referencias suficientes como para evitar complejidades mayores, como aquellas a las que la combinación de tecnologías está disruptivamente abocando a la Sociedad.
Haciendo simple el escenario de la gobernanza, puede decirse que en el ámbito de las cadenas de bloques existen relaciones a dos niveles: a) las que son de obligado cumplimiento y de carácter personado en el mundo real; y b) las que, de obligado cumplimiento en el mundo real, se pueden automatizar o programar, y autenticar, produciendo plenos efectos en diferentes aspectos de una blockchain o DLT. Normalmente, se denominan niveles off-chain (desligado de la cadena) y on-chain (ligado a la cadena). Ambos permiten generar confianza en el uso, escalar, mejorar el rendimiento de la red y, según sus fines concretos, amortizar rendimientos y costes; así como un mantenimiento autónomo, lo que constituye precisamente su finalidad.
Desde el punto de vista on-chain, las relaciones se producen entre pares -de igual a igual-. Sin intermediación. Este elemento es muy importante, porque agiliza y exige estabilidad en la red que soporta la actividad que se gobierna. Consecuentemente, este tipo de gobernanza tiene varias capas:
a) una primera sería la correspondiente a la gobernanza in-chain (intracadena, en el interior de la cadena), que representa el algoritmo de bloques que arranca la red con su bloque original o bloque génesis (fase estática de la gobernanza);
b) luego se iniciaría un ciclo de vida de la gobernanza que habita on-chain (fase dinámica de la gobernanza), dotada de una complejidad diferente a la gobernanza ‘in-chain’ y que, además, puede requerir dependencias para interoperabilidad denominadas ‘cross-chain’ -transversales o intercadenas-, evidentemente, por razones de seguridad y privacidad.
Ahora bien, toda esta amalgama de configuraciones y discusiones teóricas representa apenas un tercio de lo que está suponiendo el gobierno de las blockchains, y de las DLT en general. En muchos aspectos dicho gobierno no se distingue de la gestión; y en otros se fusiona con el cumplimiento debido. Sin embargo, la práctica siempre supera a la ficción, lo que hace pensar que los descubrimientos son provocados por ideas como éstas. Parece el caso de cadenas de bloques como Colony, Aragon, Gnosis o Infrachain, las cuales perfeccionan sus ‘mainnets’ (redes operativas) para dotar a las organizaciones autónomas de elementos auto-administrativos, de transparencia y auditoría; pero que, sobre todo desde el punto de vista de gobernanza en Blockchain, suponen experiencias a considerar con relación a esta tecnología.
2. Atributos de la gobernanza en blockchain/DLT
Pero, además, la gobernanza en blockchain y DLT puede reglar una serie de atributos únicos y creíbles que la Internet tradicional no podía regular; o de los que, simplemente, no disponía.
A juicio del autor, existen varias capas necesarias para establecer un sistema de directrices y políticas que se constituyan en medidores de los niveles de gobernanza efectiva de una red. No obstante, hay una característica intrínseca del ‘open source’ (software de fuentes abiertas) que supone una desventaja: evoluciona más rápido que el análisis teórico de cualquier tipo de gobernanza.
A pesar de lo anterior, es posible identificar unos atributos comunes a todos esos marcos de confianza mínima gobernable:
a) La naturaleza editable del código open source hace que éste evolucione día a día, al objeto de ver mejorada su calidad y funcionalidades. En este sentido, el primer nivel mínimo de gobernanza se materializa en la publicación, al respecto, de unas guías de contribución y advertencias o exenciones de responsabilidad (disclaimers, en inglés). En algunos proyectos, dichas advertencias quedan recogidas en su fichero README (LÉAME) o en un código de conducta. En otros, más sofisticados o evolucionados, constituyen piezas específicas dentro de sus directrices o políticas aplicables; generalmente, en los apartados dedicados a las contribuciones de código.
b) El tipo de blockchain (permisionada o no) o DLT determina, normalmente, unos aspectos funcionales u otros. En todo caso, un protocolo estable de registro es un elemento común, con dependencia de los algoritmos y combinatorias que el usuario disfrute en su “capa privada”, que demuestra que la forma de identificarse es importante. Además, ha de resultar infalsificable a fin de garantizar la eficiencia.
c) La gobernanza, a su vez, ha de ser persistente y consistente. Estos dos ingredientes garantizan, en gran medida, una resiliencia evidente en el marco de confianza. Además, el mantenimiento y su continuidad dependen de la implicación y cooperación de los usuarios, por lo que tiende a ser resistente. Ahora bien, cabe matizar que dentro de la gobernanza ‘on-chain’, e incluso ‘cross-chain’, se pueden identificar valores socioeconómicos en los mecanismos de incentivos que vienen al caso de una organización, lo que provoca una determinada actitud social natural; pero también una redistribución de la riqueza de forma disruptiva y, en sentido humano, un nivel de motivación a tener a cuenta desde diferentes planos.
d) El ejercicio de derechos, como accionista o participante, con voz y voto, puede materializarse de muy diferentes formas. Las alianzas libres y pacíficas, en el sentido riguroso del Artículo 20 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, permiten explorar la gobernanza en Blockchain con las mayores similitudes entre el mundo real y el mundo ‘cíber’. Estudios de prestigiosas entidades académicas han comparado, incluso, los movimientos socio-políticos e identificado proyectos en Blockchain, proclamando sus democracias y anarquismos a los cuatro vientos. Esta analogía, en opinión del autor, ha de ser interpretada como la libre elección, la naturaleza mixta de todo orden y la necesidad de entropía con la información. La gobernanza requiere una definición precisa de los roles y de los atributos asignados a esos roles; la identificación de sus participantes por el contenido de sus atribuciones; y la asignación de derechos automatizados o programados para su ejercicio. Hay sistemas de votación cuadrática y basados en el principio de “un token, un voto”.
e) Otro elemento necesario en la gobernanza es el relativo a la actualización de contenidos mediante consenso, regularizando la participación e implicando a la red con las necesidades y con las posibilidades que se descubren con el uso. Este aspecto afecta a elementos de interoperabilidad, fundamentalmente porque puede ampliar y mitigar problemas de escalabilidad.
f) Es de relevancia incorporar medidas o mecanismos de incentivo que permitan optimizar la eficiencia de la red y aumentar la participación social dentro de la economía de la blockchain que se gobierne.
g) Es importante habilitar canales de entendimiento, como para resolución de incidencias técnicas y elaborar mecanismos unificados de gestión de incidencias en base a los aprendizajes que se descubren a través de este tipo de canales de denuncias o quejas.
h) Delimitar la amplitud de campo en cuanto a bifurcaciones de protocolo por impacto social o por interés de la propia comunidad que coexiste en la red. Permite consensuar alteraciones del ciclo de la gobernanza en beneficio del conjunto de la red o de una parcela concreta o segmento de la misma.
En definitiva, existen elementos comunes que permiten entender la importancia de la gobernanza en blockchain y DLT, dado que, además, la proporcionalidad de las reglas y el entendimiento de su uso son ingredientes naturales de la elaboración de un marco de gobernanza. Por ejemplo, una dificultad excesiva -esto es, una matemática agresiva y rígida- puede frustrar la actividad de nodos que, de otro modo, estarían siendo premiados por sus esfuerzos. También pude ocurrir que, simplemente, la motivación de tales nodos decaiga, provocando un retroceso en el rendimiento de toda la red o la comisión de errores indeseados sobre la misma.
Por todo ello, puede afirmarse que las reglas de gobernanza revierten en el dinamismo de la red, siendo sumamente interesante la completitud que requiere la confianza en el contexto de la red y el hecho de que, al final, quienes intervienen en la configuración de la gobernanza se conviertan en un identificador digital único dentro de los roles de implementación de una blockchain o DLT.
3. Gobernanza sobre las personas, las cosas y los procesos de la blockchain
Los proveedores de servicios de confianza son actores elementales en todo el proceso de firma electrónica y constituyen “anclajes de confianza” que pueden venir limitados, o delimitados, por la gobernanza de una blockchain o de una acción dentro de la blockchain.
Por ejemplo, pueden dar respuesta a la exigencia de un nivel cualificado extraordinario o más elevado, categorizando la responsabilidad del usuario y del propio proveedor de servicios para una actividad de riesgo inusual o que el usuario desee realizar. En otras palabras, el usuario gobierna, pero hace uso de servicios externos. Luego, actúa y es validado en sus acciones.
Piense en las personas como usuarios. La malevolencia o el propio error humanos pueden significar un riesgo, mitigable mediante mecanismos de inspección, refrendo o mediante la reconfirmación por incidencias o riesgos. Piense ahora en las cosas (objetos) que interactúan a lo largo de la cadena de valor de una organización, están automatizados y, además, tienen que respetar una gobernanza concreta. Ambos niveles de registro permitirán detectar resultados con anticipación y combinarlos con tecnologías como la nanotecnología, la robótica o la inteligencia artificial, las cuales ofrecen un fascinante abanico de posibilidades de descubrimiento de las que se ha de tener que, y poder, ser protagonista.
Piense ahora en un proceso estándar. Digitalizarlo y dotarlo de control autónomo constituye un modelo de gobernanza que, mediante piezas de código informático denominadas smart contracts (contratos inteligentes), resulta perfectamente viable en diferentes ámbitos de la burocracia administrativa interna de los gobiernos y de los ciudadanos y empresas, en relación a sus obligaciones de cumplimiento. La identidad digital de algunos procesos es evidente, y la transformación digital viene impulsando su exploración dentro de la blockchain y DLTs.
4. Naturaleza multidisciplinar de la gobernanza
La gobernanza resulta muy atractiva como dominio de investigación desde los ámbitos jurídico y hermenéutico. Desde el punto de vista del problema determinístico, un programa nace para ser ejecutado; pero en un tiempo que resulta no determinable: la ejecución puede ser inmediata o puede no ejecutarse nunca y ocupar un lugar no escalable que dificulte u obstruya la red. Por ese motivo, la naturaleza es el perfeccionamiento. La gobernanza debe probar la conformidad del sistema con el cumplimiento debido del mismo. Aunando ambas se obtiene el perfeccionamiento con una probabilidad aplastante. Esta parcela, que en parte es fascinante con la autonomía de la voluntad y sus necesidades en el mundo contractual, requiere una colaboración que en Blockchain se está produciendo natural y universalmente con el ámbito jurídico, lo que favorece la armonización y la normalización.
Pero la gobernanza, además, requiere de otras ciencias como la filosofía, la matemática e, incluso, la ciencia política. Y, de igual modo, también requiere de cualquier conocimiento que estabilice lo que se va a gobernar. Esta riqueza en diversidad hace tremendamente compleja y dinámica la eficiencia de la gobernanza de un sistema de registro distribuido.
Una blockchain tiene un ciclo de vida mínimo de tres fases: a) configuración y arranque; b) desarrollo y actividad; y, c) terminación y apagado. Las fases primera y última son estáticas, en cuanto a su complejidad; y están, en cierto modo, prestablecidas. Sin embargo, la fase de alteración que supone la actividad en sí misma, resulta más impredecible, pues la evolución y combinatoria tecnológica avanzan sin descanso. En esa fase, los cambios dentro de la red pueden producirse tanto de forma natural, como forzados por la propia comunidad que conforma la red. La tecnología blockchain permite una multiplicidad de medidas que, por ejemplo, en el caso particular de Bitcoin, se han venido dando de forma que diferentes evoluciones/bifurcaciones (forks, en las fuentes inglesas) han permitido seguir conservando su tronco natural y común dentro de una misma red. Evidentemente, tanto Bitcoin, como la generalidad de las blockchain, representan un sistema de gobernanza o modelo negentrópico; pero existen otras similitudes de gobernanza estilo futarquía que resultan de mucho interés en modelos predictivos.
Hay interesantes estudios al respecto relativos a las necesidades del arte y del mundo real. En otras palabras, la discusión ‘off-/on-chain’ es algo que se fulmina con entropía entre la información que se produce, la que se captura y la que se explota como valor.
5. La gobernanza como elemento estratégico de la cadena de bloques
En el plano estratégico, la gobernanza juega un papel preminente, por ejemplo, para establecer las fórmulas de escalabilidad; pero, además, constituye un elemento de información muy positivo para cualquier proyecto. Permite empatizar con la comunidad ligada a la cadena, con sus valores, con sus principios o propósitos, con su enfoque de liderazgo y de correcciones, con su manera de ser. Si se hiciera un ejercicio de abstracción, la gobernanza sería la personalidad de la red. Esta “strategic layer” (capa estratégica) contempla, desde la forma de comunicaciones entre nodos, hasta la identificación de los roles, sustituciones, sistemas de configuración de direcciones o dominios, así como ciertas políticas de advertencias (‘disclaimers’, en inglés) sobre, por ejemplo, el uso y la sincronización de componentes descentralizados.
El aspecto de la gobernanza cobra relevancia, como se ve, en muchos elementos estratégicos de cualquier organización. En ese sentido, una blockchain no es sino una organización de nodos que, de alguna manera, deben establecer las reglas de sus conformidades en relación a muchas de las parcelas propias de cualquier entidad como, por ejemplo, elementos de voto -en el sentido de derechos- que podrían ser interpretados como derechos civiles de alguna manera, dado que el usuario necesita saber cuáles son sus responsabilidades y sus penalizaciones, en relación a su participación. Fundamentalmente, representa un entendimiento del compromiso que reina para cada par (‘peer’, en inglés), entendiendo la gobernanza entre pares como un elemento evidente de los atributos de cualquier blockchain.
En cuanto al ciclo de vida de una DLT (véase figura 1), la gobernanza también debe anticiparse en sentido estricto. Supónganse las fases del ciclo de vida básico, ya citadas más arriba, en este mismo artículo: a) de establecimiento o configuración; b) operacional o transaccional; y, c) de terminación de la blockchain o DLT. La gobernanza aporta un rigor que debe contemplar, también, el apagado de esa blockchain, por diferentes razones que habrán de contemplar las políticas de una gobernanza en completitud.
Como se ha reiterado, establecer un sistema de incentivos resulta muy beneficioso, no solamente desde el punto de vista económico de los tokens [empleados como incentivos], lo que lleva al concepto de tokenomics -economía del token, por fusión de los vocablos ingleses token y economics-; sino, también, desde el de su impacto social y sostenibilidad, pues los incentivos representan una herramienta que está provocando diferencias en cuanto al cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad de la agenda 2030 de Naciones Unidas. En este sentido, merece la pena repasar algunos ejemplos de este particular elemento de gobierno que forma parte de las, a juicio del autor, mejores gobernanzas. Así:
- Horyou, por ejemplo, es un proyecto de impacto social, donde la aplicabilidad de la blockchain viene motivada por el impacto social de la economía circular en el entorno donde se desarrolla;
- Moeda es, también, un proyecto de una emprendedora que trabaja un formato ‘multi-ledger’ (multiregistro) para facilitar créditos cooperativistas a agricultores; o,
- Latium es un mecanismo de motivación comercial que permite presentar productos ante una serie de agentes comerciales virtuales, los cuales se encargan de conseguir clientes para dichos productos.
Y existen, asimismo, otras plataformas que premian el propio perfeccionamiento de los smart contracts.
6. Blockchain y otras tecnologías habilitadoras
Blockchain es una tecnología habilitadora que se perfila como clave en combinación con otras tecnologías actuales como la analítica de datos “a lo grande” (del término inglés “Big Data”), la inteligencia artificial, la realidad aumentada o la virtual, etcétera. Por eso resulta fundamental acompasar la gobernanza con miras a las posibles combinatorias.
Ahora bien, el debate más elocuente puede llevar a pensar que la razón está en una naturaleza interoperable; cuando, en realidad, una blockchain (o una DLT) no tiene un rasgo de interoperabilidad, sino que las aplicaciones descentralizadas, o los llamados SDK, e incluso los oráculos o sistemas híbridos, son los que están dando una oportunidad a una gobernanza cross-chain, donde diferentes lenguajes intentan acoplarse a una blockchain mediante componentes diversos de hardware y software, los cuales permiten a la red donde se integran ser más escalable.
La “Internet de las Cosas” (IoT, por su denominación inglesa, “Internet of Things”) es, además, un campo sumamente integrador para Blockchain. En su aplicación al caso particular de las ciudades inteligentes (del término inglés, “smart city”) permitirá premiar comportamientos sociales. Una nueva urbanidad teledirigida y recompensada, como, por ejemplo, por recoger un papel del suelo o tirarlo correctamente a la papelera; o, simplemente, por el hecho de que la papelera notifique, de manera autónoma, a su ayuntamiento que debe ser vaciada.
Desde el punto de vista descentralizado, Blockchain aporta un nivel de ciberseguridad mucho más robusto que un sistema centralizado. Ahora bien, la gobernanza puede ser un aliado excelente o un enemigo subyacente, de no ser planteada correctamente. Un claro ejemplo fue el de la DAO de Ethereum, atacada en 2016, lo que dio lugar a Ethereum Classic. Automatizar un proceso puede ser peligroso si no se contemplan unas medidas mínimas de mitigación de riesgos. Un riesgo que puede derivar de la concentración de poder en la toma de decisiones, lo que hace que, en sistemas de gobernanza plutocráticos, por ejemplo, se intente eliminar esa barrera con votaciones cuadráticas que doten de proporcionalidad al voto. La inteligencia colectiva actúa como una influencia o como una predicción en algunas gobernanzas de base futárquica. Todos estos ejemplos muestran la diversidad que ya existe en la práctica.
7. La persona: verdadero objeto de disrupción
No obstante, más allá de cualquier capacidad disruptiva derivada de la combinación de la blockchain con otras tecnologías, el verdadero poder disruptivo de aquella sigue estando relacionado con las personas.
La libertad de asociación es uno de los derechos reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual, en su artículo 20, reza “Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación”. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos elaborado por la ONU contempla esta libertad de asociación en su artículo 22. La Convención Europea de Derechos Humanos por el Consejo de Europa lo proclama también en su artículo 11. La Convención Americana sobre Derechos Humanos en su artículo 16. La Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos en el artículo 10, dentro del ámbito de la Organización para la Unidad Africana. Éste es el elemento disruptivo más fuerte que, en opinión del autor, está trayendo la gobernanza en una DLT o en una blockchain, porque el individuo es libre de asociarse, y la descentralización ha abierto una disrupción humana sin precedentes desde Internet. El debate puede extenderse, con la inteligencia artificial o la robótica, pues el aprendizaje y la fuerza bruta no saben de sentimientos y la ética marca un valor o propósito común dentro de la gobernanza.
8. Conclusiones
Los principales retos de la gobernanza en el ámbito blockchain se pueden reducir a dos grandes pilares que tienen que ver, en parte, con el control del usuario y con la libertad que el open source aporta en la práctica a estos proyectos: la responsabilidad y el comportamiento humano.
- Los atributos que presenta cualquier blockchain con relación a su carácter distribuido constituyen complejidades en cuanto a la delimitación de responsabilidad e identificación de la jurisdicción. Por ejemplo, en opinión del autor, UNCITRAL [5] es una unidad de reparación común en el mundo. Entendiendo reparación por el uso habilitador para resolver, como fuente, algunas disputas en este rigor jurisdiccional a veces exigible.
- En cuanto al comportamiento humano, la malevolencia, de alguna forma, puede ser neutralizada gracias a las variantes que existen en la práctica sobre el problema de los generales bizantinos. Ahora bien, el error humano es algo que una gobernanza debe también intentar mitigar. Por eso el impulso de prácticas o propósitos de gobernanza tendentes a evolucionar este tipo de situaciones es un valor en cualquier iniciativa blockchain. Por ejemplo, establecer un sistema unificado para la gestión de incidencias o un sistema de resolución de conflictos alternativo; e, incluso, otros aspectos más filosóficos como mecanismos de motivación para la frustración de nodos o políticas de antifragilidad.
En definitiva, la gobernanza debe aportar varios elementos clave para el éxito de un proyecto en Blockchain: por un lado, debe aportar continuidad y resiliencia a la red; y, por otro, debe aportar confianza.